Represento la esencia de las cosas de manera figurativa; si al mirarlas os parecen raras, es porque mi intención es que se vean así, se detienen en lugares interesantes; cuando llego a ese punto, sé que la obra está acabada, completa.
En mis pinturas suelo huir del hiperrealismo, copiar la realidad tal cual es no me es tan divertido, no se puede superar a la naturaleza; en lugar de eso, prefiero representar lo que se oculta tras las formas.
Me gusta jugar con la expresividad y la psicología del color para dar una vuelta de tuerca a conceptos establecidos; el azul no tiene por qué ser siempre el símbolo de tristeza, del mismo modo que el rosa no tiene por qué ser el color del amor.
Mis influencias en pintura van desde el surrealismo, el dadaísmo y el expresionismo, hasta el primitivismo y el fauvismo.
Los temas que me interesan giran entorno a estados de ánimo, en el estudio del cuerpo femenino y las distintas facetas de la feminidad.
